De cómo Clarice Starling y Vigil coincidieron sin proponérselo un 4 de agosto de 2007


Isabel Lueje, experta conocedora y especialista en Thomas Harris, prepara desde hace seis años un estudio que bajo el título Cartas de Amor de un Caníbal, recogerá la totalidad de la correspondencia entre el Doctor Hannibal Lecter y Clarice Starling. Su dominio del tema y las profundas, lúcidas, extraordinarias, desquiciadas y perturbadoras reflexiones que aportará acerca de esta correspondencia, constituyen un lúcido, a la vez que exquisito, ahondamiento sobre uno de los personajes literarios más apasionantes y equívocos de todos los tiempos.

Admiradora rendida de Edwin Moses y de la aventura musical en solitario de Vigil, ha tenido la deferencia de adelantarnos este extracto que forma parte de sus Cartas de Amor de un Caníbal.

El cuatro de agosto Clarice Starling espera que el mensajero llame a su puerta para entregarle la carta. Serán entonces las 22:30, ella tendrá un año más y él lo habrá recordado. La primera de las cartas llegó en 1992. Ahora, a las 22:40 ha empezado a leer la que lleva fecha de 4 de agosto de 2007.

"Querida Clarice: Las estrellas que nos contemplan siguen siendo las mismas y los corderos que balaban aún no han callado. Sigues aquí conmigo, en este Palacio de la Memoria que construí para no olvidar. Tú vives en la Sala de Clarice y amas al monstruo que te ama. No hay miedo en ti cuando me pides que me siente a tu lado. Veo en tus ojos que sabes que no te dañaré, que jamás me alimentaré contigo. Que nunca dispondré de tu carne más allá del deseo de hacerlo porque, mi pequeña, de comerte, te olvidaría. Mis placeres en este año han sido de escasa importancia. Mis instrumentos de música me acompañan, mis libros me entretienen, mis dibujos ejercitan la memoria de los días de reclusión frente a ti, una principiante con zapatos baratos y bolso caro, llena de ambición, muerta de vergüenza por los días del hambre de la infancia. Y tus corderos, Clarice, siempre los corderos pidiendo ser cuidados, puestos a salvo de los lobos. Aquellos de los que he dado cuenta en este año, los que he sacrificado, cocinado, comido, han dejado un gusto sórdido en mi boca, un gusto a silicona, a comida congelada, a preparados isotónicos, macrobióticos; a soja, fibra, sudor de gimnasio. Sus carnes sin grasa son tan insípidas, tan inodoras, tan asépticas que masticaría plástico y hallaría el mismo placer nulo. La carne humana, querida Clarice, ya no es la exquisitez que este viejo caníbal saboreó. El mundo está cambiando y su carne es pobre. Las palabras que lees he querido escribírtelas, como en todos tus cumpleaños, desde un lugar especial. Sitios en los que no has estado ni estarás pero que yo miro y acumulo para los dos. Aquí estoy pues en una pequeña ciudad costera de un país que ignoras. Estoy sentado en un jardín botánico escuchando para nosotros la única música que ha logrado conmoverme desde hace mucho tiempo. Estás sentada a mi lado, en esta silla vacía y la noche nos protege. Estamos a salvo, lejos de hombres que gritan, que exponen sus vidas estúpidas en móviles, que procrean pequeños tarados cuellicortos. Esa gente que entorpece, que sobra, que tendría que comerme y que no deseo hacerlo, tal es la repulsión que me producen, no están aquí. Aquí están los que no son como ellos.... y nosotros y respiramos el aíre que nos pertenece, el olor de Lavanda y manzana, el frescor que arrastra el Atlántico. Y mientras olemos el mar y él nos hipnotiza con su música, bebemos a sorbos el maravilloso cóctel que un inmaculado barman nos ha servido. ¿Qué importa que te diga que formó parte de un grupo especialmente peculiar y atractivo de los 90?. ¿Importa acaso que te diga que lidera una banda con nombre de atleta negro al que los envidiosos convirtieron en juguete roto?. ¿Te dice algo el nombre de Vigil?. Se que no y da igual. Tan solo tienes que creerme. Tan solo tienes que aceptar que quien está tocando para nosotros es él último gran músico del mundo. Cierra los ojos conmigo e imagina que oyes la delicadeza de un ángel gritando un orgasmo en China. Ahora imagina a Henry Mancini restando energía a su Dolby Fanfarria en una playa blanca, quieta y sensual. Vuelve a imaginar Clarice. Estás en una pista de baile y los 70 no han muerto en ella. Estás bailando a Barry White apareado con Marvin Gaye y Lalo Schifrin. Ahora quieres silbar a Ennio Morricone y te llega a la boca una melodía perfecta que es seda barroca y transpiración delicada. Recuerda esta música siempre. No olvides jamás que el día de tu cumpleaños quise estar aquí contigo para llenar la habitación donde vives, en mi Palacio de la Memoria, con la música que él y sus 30 de Esparta nos han regalado. Es cuatro de agosto Clarice y es tu cumpleaños. Estás conmigo oyendo a alguien a quien jamás me comería porque aquellos a los que comemos carecen de importancia, se olvidan. Y a él, como a ti, no deseo olvidaros. Este que te ama, Hannibal Lecter."

9 comentarios:

Anónimo dijo...

desde luego, sabiendo la exquisitez y exigencia que el doctor Lecter exige a sus semejantes, es todo un piropo lo que dice de Pedro Vigil. los que somos como él se lo agradecemos... Hannibal es de los nuestros y si él va al concierto del botánico de Vigil el cuatro de agosto, digo yo que no vamos a ser menos nosotros. Hortera el que vaya a Motor Head¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Anónimo dijo...

..."la delicadeza de un ágel gritando un orgasmo en China"...yo eso tengo que oirlo¡¡¡¡¡¡¡¡

Edwin Moses dijo...

pero siempre se pueden simultanear ambas actuaciones: motorhead no empezarán hasta las 00:00 (llevan 3 teloneros), y el concierto del profesor vigil terminará como a las 23:30

Anónimo dijo...

si probelma de horario no es, es problema de pasta

Anónimo dijo...

bueno... lo de la pasta ye relativo, ¿¿cúanto cuestan 3 o cuatro copas o una prenda de marca???. y la peña lo paga y no se queja. 18 lo de Vigil y 25 Motor head... 43 euros es mucho por dos conciertazos?????

Anónimo dijo...

que razón llevas con lo de la pasta que se gasta la gente en chorradas y memeces y luego se quejan por pagar una entrada de cine o comprar un libro o eso, darse un fartura de música. Los Motor Hedad tienen un directo que se caga la perra y Vigil, tres cuartos de lo mismo. Así que a rascase el bolsillo que lo merece¡¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Motor head: mal sonido. Porque son quien son, que sino.. Pedro Vigil: una pasada, inolvidable, acojonante... Comparaciones???... pues Vigil, claro

Anónimo dijo...

Yo hice doblete ese día y si que es cierto que las comparaciones son odiosas. Lo de Motor Head, como diría El doctor Lecter, era para haberse comido a todo quisqui, empezando por los del escenario, encargados de sonido incluídos y acabando por el público. Hubiera sido un empacho de tres pares de narices¡¡¡¡¡¡. Vigil, en cambio, a pesar de los viajecitos del sampler a la barra de los cócteles, no hubiera entrado en los planes culinarios de Hannibal ni de coña. El doctor Canibal solo se come a los horteras y a los groseros... ¿¿queda claro???

Anónimo dijo...

Para cuando una biografía de Edwin Moses en la Wikipedia????